IDEAS PRINCIPALES DEL CAPÍTULO I DE DON QUIJOTE DE LA MANCHA
En este primer capítulo de Don Quijote de la Mancha conocemos
a un hidalgo de contextura delgada, madrugador y amigo de la caza. Este hombre vive en una hacienda en un lugar llamado ‘’La
Mancha’’. Junto con él vivía una ama, una joven sobrina y un mozo.
Era un hombre entregado al ejercicio
de la caza. En algunos momentos se dedicaba a leer libros de caballerías, y fue tanto su gusto que olvidó su viejo ejercicio. El hombre vendió algunos
pedazos de tierra con tal de comprar más libros de caballerías para leerlos e incluso llenó toda su casa de
ellos. Pasaba los días y las noches leyéndolos, hasta llegar al punto de
enloquecerse y querer ser uno de esos caballeros que andaban por el mundo en
busca de aventuras.
Lo primero que él decidió hacer, fue limpiar las armas
de sus bisabuelos. Luego, fue a ver a su caballo, el cual era un rocín. Al que le puso como nombre Rocinante
y él decidió llamarse Don Quijote de la Mancha. Después de haber hecho esto,
vio que le faltaba una dama de la cual enamorarse y la llamó Dulcinea del Toboso.
En este primer capítulo de Don Quijote de la Mancha podemos darnos cuenta de la gran imaginación del Quijote. Fue tanto su agrado y deleite por aquellas historias de caballerías que perdió la cordura y decidió transformarse en todo un caballero, y emprender todas aquellas aventuras creadas en los libros y en su creatividad e/o imaginación.